Una vez más, Barranquilla tendrá la oportunidad única de adentrarse en la arquitectura, las historias y el patrimonio cultural que resguardan sus iglesias más icónicas. La Ruta de las Cruces, una iniciativa del colectivo #todomono y la Arquidiócesis de Barranquilla, apoyada por Corozo Tours, llega este sábado 24 de marzo a una nueva edición, en la que los asistentes descubrirán de cerca estos espacios de encuentro que, además de su relevancia religiosa, permiten explorar las formas arquitectónicas de la ciudad, su evolución y las épocas que la han marcado.

A las 2:30 de la tarde partirá el recorrido de la Tienda Mono, ubicada en la calle 76 número 53-54, para visitar las iglesias de San Nicolás, Nuestra Señora del Rosario, Catedral Metropolitana y Nuestra Señora del Carmen. El cupo es limitado, a un precio asequible, por lo que los organizadores tienen todo dispuesto para los interesados que desen participar en el tour.  

La Ruta de las Cruces nace como un aporte a la reconstrucción de la memoria histórica de ciudad, contextualizando estos espacios en nuestra época y permitiendo que los visitantes adopten una nueva mirada y se dejen maravillar por las anécdotas, personajes, formas y colores de estas valiosas construcciones que se erigen alrededor de toda Barranquilla. Se trata de una cita ineludible en Cuaresma, temporada en la que el turismo religioso cobra mayor relevancia en la agenda de ciudad.

¿Por qué un recorrido turístico de este tipo?

El turismo religioso es pilar en reconocidas capitales del mundo, y brinda la oportunidad de generar una sinergia entre cultura y religión con el poder de convocar a personas con pensamientos y creencias diferentes en torno al mismo espacio, fortaleciendo el patrimonio material de las ciudades y su acercamiento con las personas.

“Barranquilla se encuentra en una época de auge en materia de cultura y turismo. Vemos cómo, de manera independiente y autogestionada, decenas de instituciones y gestores culturales exploran los espacios, costumbres, gastronomía y expresiones tradicionales de la ciudad y sus gentes, con el fin de que el mismo ciudadano se reconozca en ellas y las valore”, explica Johnny Insignares, de #todomono.

Y si hay espacios imprescindibles en esta dinámica de reconocimiento de ciudad y patrimonio son los templos religiosos, que han sido, a través de la historia, puntos de referencia en Barranquilla, testigos de los cambios más relevantes y protagonistas de los movimientos que han aportado al desarrollo la capital del Atlántico.

Así mismo, y además de su labor como revitalizadores de la fe, son espacios con una riqueza incalculable desde el punto de vista urbanístico, arquitectónico y estético.